Iconografía Barranco

Valle del agua

El Jerte es el Valle del Agua, la unión entre valle y río es tal, que les lleva a compartir hasta el nombre. El río nace en la cabecera del Valle próximo al puerto de Tornavacas, un humilde origen para una auténtica fuerza de la naturaleza, sobre la que se sostiene la vida de esta comarca. Valle y río no se pueden entender sin la red de arroyos y gargantas que los alimentan, formando un sistema hídrico de sangre transparente que circula valle abajo buscando su camino entre imponentes murallas de roca. Esa lucha de milenios ha conformado una suerte de intrincados laberintos, donde se esconden un puñado de espacios geográficos singulares: Las Gargantas del Jerte, auténticos tesoros geológicos y medioambientales. Asomarse a este sendero de agua y roca, es hacerlo al mismo corazón e historia de este Valle a los pies de la Sierra de Gredos. Un viaje que nos conducirá a rincones donde la belleza natural se muestra en todo su esplendor.

Cascadas de la Garganta de las Nogaleas

Entre el intrincado dédalo de gargantas del Valle, vertiendo en la margen derecha del río Jerte, nos encontramos con la Garganta de las Nogaleas en la falda de los Montes Traslasierra y concretamente en la ladera de la Sierra de la Cabrera, en el término municipal de Navaconcejo.

El sendero que nos ha traído hasta aquí, el SL-CC 33 Garganta de las Nogaleas, es conocido como la Ruta de las Cascadas en el Valle del Jerte, albergando algunos de los parajes más impresionantes que nos depara el Valle, un auténtico espectáculo para los sentidos. Cascadas de gran tamaño, con varios brazos y fuerte caída, entre espesa vegetación típica de ribera, con chopos, fresnos y alisos, junto a la sempiterna presencia de robles, castaños y los cerezos próximos en las fincas abancaladas para su cultivo.

La mejor época para disfrutar de la garganta y sus cascadas son las estaciones de invierno y primavera, cuando el caudal de agua es más abundante, procedente del deshielo de la nieve de las altas cumbres y de las generosas lluvias primaverales, que suelen ser copiosas en el Valle del Jerte. Pero ésta y el resto de gargantas del Valle, solo necesitan de unos pocos días de lluvias consecutivas, para mostrarnos la espectacularidad de sus saltos de agua, con el ruido ensordecedor del agua contra el granito.

En la parte alta de la Garganta, se ha llevado a cabo una actuación, que por medio de una pasarela nos permite cruzar el curso de agua y acercarnos a contemplar el salto de agua desde una perspectiva que nos sumerge, a veces literalmente, en la esencia viva de este Valle.

En 1883 el periodista vasco Nicanor Zuricaldy escribió: "Aquí entre los castaños y robles que se elevan con gruesos de ocho varas y alturas de sesenta; por las gargantas hondas las aguas se despeñan, en resonantes arpas y en cristalinas trenzas".

Esta frase nos puede dar una idea del valor y dimensión que tienen los saltos de agua en el Valle del Jerte.


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